Guarda tus lentes correctamente: Cuando no estés usando tus lentes, guárdalos en un estuche protector. Esto evita que se rayen o se expongan al polvo y la suciedad.

Evita los agentes de limpieza agresivos: Mantente alejado de productos químicos agresivos, limpiadores a base de alcohol y soluciones a base de amoníaco. Estos pueden dañar los revestimientos de los lentes y los marcos con el tiempo.

Trátalos con cuidado: Utiliza siempre ambas manos al ponerte o quitarte las gafas. Esto evita una presión desigual sobre los marcos y reduce el riesgo de que se doblen o se rompan.